Perdón, loco, en serio intento con toda mi fuerza de voluntad ya no hacer estas estupideces pero es que mi pobre cerebro tiene problemas a la hora de procesar lo que mis oídos escuchan. Más concretamente, maripoza. Soy consciente de que mi post es probablemente innecesario y que muy probablemente, en el caso de que alguien baya a responder a mi mensaje (cosa de la cual no estoy seguro) me va a decir algo como si no te gusta no leas. Si es así por favor no malgastes tu tiempo, no pienso tocar el tema acá otra vez.
Added: ah, acavo de leer lo que escribí y me dan ganas de decirme a mi mismo perseguido de mierda. Bueno, ya fué.

21 de marzo de 2848, ubicación ultra secreta, estados unidos:

Paco memierda es un brillante científico colombiano, que se ganó una veca para estudiar en estados unidos el uso de agujeros espaciotemporales, con el fin de practicar el teletransporte.
Pero como todo mundo, el hombre tiene sus sombras que empañan la luz de su nombre.
Enfermo con sida intergaláctico, coronavirus venéreo, gonorrea interestelar y sífilis venusiana, acusado de participar en orgías con extraterrestres, adicto a la cocaína saturnina (que se fabrica con polvo traído a la tiera directamente de los anillos de saturno) además de tener serios problemas de adicción a drogas duras como el vino de protones mezclado con fentanilo electrónico. Practicante asiduo del fetichismo de axilas malolientes y del sadomasoquismo, se percibía a si mismo como un no binarie y era vegano, además de amar prácticas como tener relaciones sexuales disfrazado de Barney con su empleada de servicio, su secretaria y con su jefe (a quien le encantaba recibirlo disfrazado de gatica Mery Moon, mientras el susodicho jefe usaba un disfraz de Aurelio cheveroni) se estaba poniendo amnésico perdido debido a altas dosis de unos hongos (doce veces mas fuertes que el LSD, traídos del lejano planeta del Aborrajao) pero lo lograba ocultar perfectamente, gracias a sus exelentes entrevistas con el comandante de la base (el general Ramiro turraja) en su oficina de las cuales salía caminando como pingüino por al menos tres días.
Un día mientras trabajaba en el laboratorio de la base, se cerraron las compuertas automáticas de emergencia, y la estancia resultó clausurada; esto después de que unos agujeros interdimencionales móviles diseñados para matar (introduciendo por ahí a los condenados a muerte por delitos como ser infractor de tráfico recurrente) se activaran erróneamente, y comenzaran a moverse por todo el lugar tras (no se sabe de dónde putas) traer un montón de lingotes de oro al lugar.
No joda hombe, me voy es a volver rico! pensó el científico que (dicho sea de paso) quería escapar de la tierra a un lejano planeta del espacio profundo (donde el fetichismo con las axilas malolientes, y disfrazarse de dibujos animados de cualquier serie, no estuviese penado con la muerte como en la tierra) y resolvió quedarse en la zona clausurada, contra las advertencias de todos los que le dijeron que no lo hiciera dado el inminente peligro.
Total que ahí se quedó el hombre, y fue recogiendo lingote tras lingote de oro hasta que de pronto, sintió como si una presencia lo persiguiese. Era como algo que le provocaba una peculiar excitación, un o se qué que le aumentaba la lívido de forma incontrolable pero que sentía, solo hacia su costado derecho.
Ese algo era uno de los agujeros interdimensionales móviles (que eran invisibles e intangibles, pero cuya proximidad podía sentirse) y que se acercaba. Sabiendo lo que sabía sobre ellos corrió lo mas lejos posible de esa zona del laboratorio, y logró llegar en paz. Luego sintió la persistente e ininterrumpida excitación sexual que anunciaba la proximidad de un ajugero interdimensional justo al frente suyo, pero vió por el camino un pesado lingote de oro por el cual decidió ir. Qué hijueputas yo lo alcanzo a coger, se dijo mientras avanzaba calculando que el agujero no se interpondría entre él y el oro, mas sin embargo algo extraño pasó.
Resulta que cuando él justo tomaba el lingote, el agujero pasó por su lado y la exitación que sintió el erudito fue tal, que no pudo resistir la tentación de perrear bien duro. En menos de un segundo le ordenó con el pensamiento a su red neuronal con acceso a Spotify que le ponga una de bad kity (tátara tátara tátara tátara nieto de bad buny) y se puso a perrear bien duro con la pared. Esto con tan mala suerte que, en uno de sus embites, golpeó con su cuerpo el agujero interdimensional y fue en cuestión de segundos, absorvido por él ,desintegrándose su cuerpo en el cosmos.
Nunca nada de su cuerpo fue encontrado, pero curiosamente justo un microsegundo después Nicolai madurovich (presidente de Venezuela) sintió en su palacio de última tecnología mientras comía, que algo diferente a su comida le caía en la boca. Al principio pensó que se trataba de un pedacito de chorizo, hasta que se dio cuenta de lo distinta que era la textura.

Manera de morir número 573. Perrea, mámamela, llévame a otra dimensión.

¿Y este patrimonio de la humanidad?

24.2.2500: Rusia del futuro.
Resulta que Rusia por fin gana la carrera espacial, y quiso probar un cohete experimental,
ya que su siguiente meta era llegar a Plutón.

Así que mandaron al más inesperado astronauta que podríamos imaginar.
Iván Culovich.
Este sujeto se creía el mejor para el trabajo.
La nave despegaría y nota importante:
la primera etapa debía seguir el sonido de un radar que iría primero, con tal de que no perdiera su dirección.
En los primeros minutos Iván Culovich por extraño que parezca:
manejaba la situación con precisión, pero ni los altos mandos sabían que estaba de pagero.
Así que como este neandertal sacó una revista en cuestión, creyendo que ya todo estaba resuelto y comenzó con lo suyo, pero el sonar repentinamente le indicaba moverse 5 grados a la izquierda, pero
este inadaptado como andaba en el nirvana no hizo caso, así que salió la tragedia,
ya que la nave explotó con su único tripulante.

Manera de morir 822: Viage espacial al infierno.

22 de septiembre de 2911, Medellín, Colombia.

Carla Mela rico era una importante ejecutiva dentro de la empresa que dirigía la construcción del nuevo metro bala, y lo era hacía poco tiempo.
El nuevo presidente Gustaf Petrov la había elegido, no por su capacidad para dirigir dichos trabajos, sino por su extrema alineación con los intereses del gobierno.
Fetichista obsesiva de pies, esta mujer a sus 13 años había inventado una nueva droga inyectable muy similar a las anfetaminas, que seguía teniendo mucha popularidad en todo el mundo; dicha droga se componía a partes iguales de marihuana electrónica, LSD digital, ásido clorídrico, fentanilo electrónico y un toque de viagra con jugo de borojó, con el fin de generar efectos afrodisiacos. Diseñadora amateur de Vibradores, se encontraba muy a gusto con su proyecto de grado para su tesis en ingeniería aeroespacial al que le dedicaba todo el tiempo que no gastaba drogándose con su propio invento, participando en orgías interespecie con una raza de extraterrestres con los que recién se había establecido contacto (y que eran famosos porque los machos de dicha especie hacían ostentasión de unas grandes espinas de apareamiento filosas como dagas, con las cuales ensartaban a la embra) cuya sensación al perforar su intimidad nuestra amiga gustaba de sentir, emborrachándose con aguardiente de neutrinos, chicha de maíz transgénico, vino de antimateria, u otras actividades a cada cual más reprochable que la anterior. Feminista, defensora de los derechos humanos del violador, defensora del derecho a la libre prostitución de los alienígenas, era conocida por ser toda una erudita; pero si nembargo nada sabía sobre los trenes bala, y se decía que había obtenido el cargo mostrándole al alcalde ficovsky lo bien que podía perrear en una entrevista en su despacho.
Un día sin embargo mientras sus asistentes a los cuales gustaba de humillar y someter a prácticas innombrables relacionadas al fetichismo extremo de pies no se encontraban, surgió un pequeño inconveniente cuando totalmente drogada, se autocomplacía con una enorme máquina recién comprada en su sex shop favorito y diseñada a tal efecto. La máquina paró de funcionar, y como buena ingeniera que era decidió inspeccionarla; logrando ver así que todos los condensadores de la misma se encontraban descargados como consecuencia de un virus (que probablemente obtuvo mientras se conectaba a Tinder) y que ahora, debía tomar a mano las cargas positivas y negativas dispersas por entre las conexiones, y pasar una positiva y una negativa a cada condensador luego de miniaturizarse, ya que los nanobots reparadores se le habían acabado, a menos que esperara a su asistente que había salido al de uno a comprárselos.
Sin embargo al nunca haberse caracterizado por su paciencia nuestra amiga se dirige al miniaturizador, introduce las coordenadas de la placa de circuitos dañada y tras un destello, gracias a un milagro de la tecnología aparece allí; había sido miniaturizada con éxito y ahora medía menos de un nanómetro, lo que le permitía poder realizar con toda facilidad estas tareas de reparación.
Se fue hacia una de las conexiones, encontró un par de cargas positivas y una negativa en ella y al haber en la otra placa un condensador, las tomó y las puso allí. En otra conexión encontró 3 positivas, y luego de pasar entre conexiones vacías llegó a otro condensador; Todo parecía ir bien, pero entonces algo extraño pasó. Como nuestra amiga se había drogado y emborrachado con compuestos químicos que incluían el ron de materia oscura (que no es materia en si) al miniaturizarse la cantidad de ron tomada no se había adecuado a las proporciones de su pequeño tamaño; es decir en otras palabras, estaba en medio de una borrachera ni la más sapa perra.
Entonces en medio de su borrachera letal y a punto de sufrir un coma etílico, por un descuido dejó caer una carga positiva de mas en el condensador al grito de, somos positivos vida hijueputa!
Esto fue fatal, ya que el condensador explotó con una fuerza que si bien para un ser humano normal no hubiese significado mas que un pequeño corrientazo, a ella al estar miniaturizada la destrozó. Cuando llegaron sus asistentes y no la encontraron tras el cotidiano ritual de oler las sandalias usadas que a tal efecto dejaba frente a su puerta, la buscaron por toda la casa; pero la búsqueda cesó cuando encontraron el miniaturizador encendido, y el enorme juguete para autocomplacerse humeante además de un pequeño punto rojo sobre uno de sus componentes eléctricos internos.

Manera de morir número 76. pequeños placeres fatales.